Ayer fue un día histórico. Un día que, sí, es cierto, debería haberse producido hace tiempo. Pero bueno, vino ayer, y bienvenido sea. Universalización de las asignaciones familiares para todos los hijos menores de 18 años, pagada y fiscalizada por la ANSES. Si un padre cobra asignaciones familiares, sigue cobrando. Si no, automáticamente califica para cobrar por el nuevo sistema, mediante tarjeta del Banco Nacion. Si luego consigue trabajo, pasa al sistema de asignaciones familiares. Creo, sospecho, que muy poca gente tiene verdadera percepción de lo importante que va a ser el impacto de esta medida. Del cambio que va a ser para muchas familias. De la inyección de plata que va a ponerse en la calle. De que se crea un nuevo derecho que no va a poder ser eliminado. Así como no sé si queda claro que es la segunda medida en décadas que desgaja asistencia social de empleo (el paradigma corporativo de las asignaciones familiares) o de demostración de pobreza (el paradigma focalizador.) . La primera fue la universalización de la jubilación sin aportes; con esto cubrimos (mínimamente) infancia y vejez. Falta todavía, pero son dos pasos enormes. No he leído el decreto (y me parece bien que sea por decreto, total, estaba todo el arco político de acuerdo en la medida).-
Artículo extraído de: ARTEPOLITICA.-
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